Transformación digital - La revolución a la que ya llegas tarde

Transformación digital: La revolución a la que ya llegas tarde.

Si algo nos ha demostrado la pandemia Covid-19 es que la transformación digital de los negocios no puede esperar. No, si queremos que nuestras empresas encaren el futuro con buenas perspectivas. Todo lo demás es alargar la agonía y retrasar lo inevitable.

En un mundo globalizado, donde todo está al alcance de todos, la digitalización ha demostrado ser una garantía de robustez. Las empresas que pueden sostener sus negocios mediante el teletrabajo y pueden reducir la presencia de personal en sus instalaciones han salido reforzadas.

Pero ¿crees que la fórmula para poder teletrabajar sale ella solita? Como todo en la vida, absolutamente no. Las empresas que pueden teletrabajar es porque han modificado sus procesos y han preparado a sus trabajadores para ello. Y eso les ha costado tiempo y dinero. PERO, a cambio, ahora ven sus ingresos multiplicados, mientras sus competidores cierran y se quedan en casa.

Las ventajas que obtienen las empresas que han invertido en transformación digital agranda la brecha respecto a sus competidores por varias razones:

  1. Ahorran costes optimizando procesos.
  2. Automatizan las tareas repetitivas y liberan personal.
  3. Reducen sus riesgos.
  4. Deslocalizan sus trabajadores, que pueden desempeñar su labor desde cualquier parte, incluida sus casas.
  5. Mejoran la experiencia con sus clientes.

– > O sea que mejoran su productividad.

Los datos en cuanto a transformación digital de las empresas españolas son demoledores: en 2017 el 74% estaba en un estadio muy básico. La nota general era de 3,7 sobre 10. Un suspenso como una casa.

Pero en lugar de optar por transformarnos estamos optando por la más peligrosa de las opciones.

Una economía como la nuestra, cuyo 67% del P.I.B. depende del sector servicios no puede esperar un segundo más para afrontar el reto de la transformación digital. Pero ¿qué estamos haciendo en lugar de eso?

Pues estamos optando por el suicidio económico. Estamos confiándonos a los E.R.T.E. como si fueran la medicina que curará la herida. Y no nos damos cuenta de que, no sólo no son la medicina, si no que solamente son un analgésico local.

Nuestra economía tiene una rotura de ligamentos de un nivel gordo, pero muy gordo, y nosotros la estamos dopando para que aguante; pero todos sabemos que no aguantará. Cuando pase el efecto de la infiltración, la tremenda la rotura seguirá ahí.

Y el sector turístico español continuará en la misma situación en que estaba antes de la pandemia: estacionalidad, dependencia del mercado británico y alemán, personal poco cualificado y temporalidad de empleo ¿Alguien en el gobierno, la oposición, o desde donde sea, piensa hacer algo al respecto?

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Negocio digital o Ruina total

El 35% de las empresas genera menos de un 20% de su cuota de negocio en Internet.

Las empresas deben fijarse como objetivos fundamentales el establecer un plan ambicioso y realista de transformación digital, con su correspondiente hoja de ruta, así como formar a sus trabajadores en las competencias, conocimientos y habilidades digitales.

Esto me recuerda mucho al caso de los taxis, y que me perdonen los taxistas si no les doy del todo la razón, con los vehículos VTC.

¿Cuántos años ha tenido el sector del taxi para innovar, proponer, cambiar, o adaptarse? ¿Cuántas mejoras se podrían haber introducido en ese tiempo en los coches, en los trabajadores, en la forma de trabajar, o en la misma prestación del servicio?

Pero la realidad es que no han hecho nada. Se han comportado como el monopolio apisonadora que pensaban que eran. Sin escuchar las opiniones de sus clientes y jugando al Monopoli traspasando sus licencias de forma hereditaria, o vendiéndolas a precios que podrían comprar una casa en La Moraleja. 

Y llegó la tecnología y, con ella, la competencia. Y la competencia escuchó al cliente:

  • ¿Por qué, cuando me subo en un taxi, no sé cuánto me va a costar la carrera si sé que voy desde el punto A al punto B?
  • ¿Por qué tengo que viajar solo en el taxi pudiendo ir más gente y pagar la carrera entre todos?
  • ¿Por qué no puedo pagar con tarjeta de crédito o, aún mejor, con mi móvil?
  • ¿Por qué el taxista puede ir vestido de cualquier manera y el coche ser un desastre?

Lo siento, señores, la movilidad en las ciudades ya ha cambiado; y ustedes no se han dado ni cuenta. Y eso ha cambiado porque el cliente así lo ha querido.

Y los ejemplos del taxi y el turismo sirven para ilustrar lo que nos espera. Si queremos crecer y crear empleo no podemos ampararnos en modelos arcaicos, ni en regular o machacar a golpe de decreto el avance de la tecnología.

Tenemos que aprender a usarla y a hacer frente a nuestros competidores de la mano de ella. De forma que ahora tenemos por delante el desolador panorama de tener que transformar nuestra economía y nuestras empresas a la economía digital si o si. Porque el que no se transforme, no sobrevivirá.

La buena noticia es que todo es susceptible de pasar por el proceso de la digitalización; que no consiste en otra cosa que optimizar procesos y servicios ayudados por herramientas tecnológicas, o de base tecnológica.

La mala es que ese proceso está en manos de unos gestores, de pymes especialmente, bastante reacios a los cambios y muy poco formados y confiados en las nuevas tecnologías. De forma que tenemos un buen marrón en marcha. Sabemos lo que tenemos que hacer, pero la decisión está en manos de los gerentes y directores de las pymes.

Lo de los políticos va aparte, porque me parece una auténtica vergüenza el comportamiento de todos y cada uno. Por eso no perderé el tiempo hablando de ellos.

Y no lo haré porque la decisión del futuro de nuestros negocios está en nuestras manos. La transformación digital NO es cara, es rentable y nos mejora en todos los aspectos de nuestra empresa; desde el producto al trato con proveedores y clientes. Y, créeme cuando te digo, que se puede pasar por el tamiz de la transformación digital absolutamente todo.

Hay personas que lo han conseguido, incluso, con un bar de copas. Quizá en otra entrada comente algunos casos inverosímiles para que puedas ver el poder de la transformación digital.

En realidad, lo único que necesitamos para la transformación digital de nuestros negocios es echarle imaginación y un par de huevos.

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Foto1 de Yan en Pexels – Foto2 de Cottonbro en Pexels
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