Qué NO es poner mi empresa en Internet

Qué NO es poner mi empresa en Internet

Es algo que llevo viendo ya muchos años, y por eso quería escribir esta entrada, gerentes, directivos o emprendedores que piensan que «poner mi empresa en Internet» es hacer un página web para decir quién soy, dónde estoy y lo que vendo. Con eso creen que han cubierto el expediente.

No sólo es una chapuza indecente, obviamente es un error de bulto. Un negocio, cualquier empresa, es mucho más que una simple web. De hecho, mi experiencia me dice que la inmensa mayoría de las páginas web corporativas se han hecho sin tener en cuenta lo que es el negocio, los clientes, ni la propia empresa. Y esto es algo que creo poder demostrar fácilmente.

En mi opinión, hay tres grandes grupos de problemas al pensar lo que significa «poner mi empresa en Internet». Y, cada uno de ellos, refleja la forma en la que se ha trabajado la presencia de las pymes españolas en la red a lo lago de todos estos años:

01 Estrategia.

Es el primero, el más abundante y el mayor de los errores que presentan un alto porcentaje de pymes. El uso que hacen y la presencia que tienen, parecen no tener nada que ver con lo que es la propia empresa. Y, lo que es todavía peor, con los clientes. Parece que nadie ha pensado en ellos, en sus necesidades o en sus problemas. Muy pocas webs corporativas  de pymes españolas resuelven de verdad un problema de un cliente.

Cuando me decido a poner mi empresa en Internet, tanto la presencia como el uso de las herramientas de la red, tienen que formar parte de una estrategia global, una visión de conjunto del negocio que persigue un objetivo claro y concreto. Es decir, no se trata solamente de hacer una web; se trata de utilizar los recursos y herramientas digitales para potenciar mi negocio. Y la web es sólo uno de ellos.

Pero, además, la web no puede ser una isla en mitad del océano. La estrategia de la web se enmarca dentro de la estrategia global de comunicación de la empresa.  Junto con la web, esta estrategia, contempla lo que haremos también en las redes sociales, cómo lo haremos y qué resultados esperamos obtener.

Una web corporativa responde a una necesidad concreta, la que sea; pero tiene un objetivo y unos resultados medibles.

Poner mi empresa en Internet forma parte de una estrategia global de negocio. Quiero usar y aprovechar todo lo que Internet puede ofrecerle a mi negocio y quiero que eso forme parte del día a día de mi equipo de trabajo.

Si crees que tener un página web, o publicar dos fotos en tus redes sociales, es lo mismo que «poner mi empresa en Internet» estás muy equivocado/a. Tu negocio es mucho más que eso y necesita mucho más de tu equipo. Además, se lo merece.

Partiendo de esa base, podemos crear nuestra página web corporativa, nuestras redes sociales y nuestro propio canal de comunicación con los clientes. Porque, no te olvides, lo verdaderamente fundamental de todo esto, no es tu web, o tu negocio, es tu cliente.

Por lo tanto, todo lo relativo a Internet, su uso y aprovechamiento, está supeditado a la estrategia global de desarrollo de la empresa; al plan de negocio en el que se deben contemplar todas estas cuestiones.

Si no existe esa estrategia, el resultado de todas las acciones que intentemos emprender en Internet, será un completo fracaso. Da igual la empresa, el producto, la acción, la red social, la web, o el precio.

Mucho cuidado con esto, porque es el reflejo del pensamiento de los que dirigen las pymes en España. Ya sea por desconocimiento, desgana, falta de interés, o un poco por todas ellas, el retraso tecnológico de nuestras pymes está creando una brecha que no les va a ser fácil compensar cuando llegue el momento.

De ahí que siempre insista en que es ahora, no mañana, y es para ya. Y, si no sabes por dónde empezar, busca ayuda, bucea en las redes, mira en foros, pero haz algo. Un buen comienzo sería una auditoría digital.

poner mi empresa en Internet
No se trata de tener una web o Facebook

Poner mi empresa en Internet tiene que formar parte de una estrategia global.

Internet está detrás, de alguna manera, de muchas de las cosas que ya haces; así que ¿Por qué no sacarle todo el partido que tu empresa necesita?

02 Visión.

Casi igual de terrible que el primero, es el segundo de los problemas crónicos que tienen nuestras empresas. O, mejor dicho, la falta de ella que muestran la mayoría de los gerentes y directivos de la pymes españolas.

Nacidos y amamantados en la cultura del pelotazo, nuestros gerentes no han recibido, en la inmensa mayoría de los casos, la formación, ni la cultura empresarial adecuadas para dirigir ni la comunidad de propietarios en la que viven. Pero esto es lo que hay.

La capacidad de mirar más allá del horizonte del cortoplacismo de nuestros gestores es prácticamente nula. Seamos sinceros ¿Cuántas pymes hacen un plan de empresa anual? ¿Y cuántas tienen un control exhaustivo de sus cuentas?

Conozco muy pocas. Y, en algunos de los casos, los encargados de elaborar ese plan de empresa anual tampoco están al tanto de la realidad del negocio; por lo que el plan no sirve para casi nada.

De modo que necesitamos un cambio drástico en la visión de las personas que gestionan las pymes en nuestro país. La economía digital que ya vivimos, requiere otra forma de entender las cosas, cambios rápidos, decisiones ágiles y menos miedo al error.

Para poner mi empresa en Internet necesito visión a medio y largo plazo. Además, no vale una visión simplista. Por lo tanto, es necesario pensar primero en un proyecto a largo plazo, con inversión constante y controlada, y en las personas que se necesitan para llevarlo a cabo.

Lo cual también requiere liderazgo. No me meto en ese charco, pero creo que la mayoría de los gerentes españoles de pymes, debería hacérselo mirar por un buen entrenador personal; porque su capacidad de liderazgo deja mucho que desear. No son pocos los que siguen dirigiendo sus negocios como un latifundista su cortijo. Y las empresas, por desgracia para ellos, hace ya mucho tiempo que dejaron de ser cortijos.

03 Formación.

Es la consecuencia lógica de arrastrar la pesada carga de la falta de estrategia y la visión a corto plazo. El desenlace que se veía venir no es otro que el problema de la capacitación de los empleados para asumir las tareas que requiere la digitalización de cualquier empresa, por pequeña que sea.

Como no tenemos una estrategia clara y definida, ni visión a medio y largo plazo, nuestros trabajadores languidecen en interminables jornadas de trabajo que, cada vez rinden menos. Haciendo la misma tarea, que ya puede ser la más monótona y tediosa del universo, inalterable durante años.

Los sistemas tampoco se revisan ni auditan, a no ser que haya una crisis. Entonces si, se revisa todo y se llega a la inevitable conclusión de que lo que sobran son trabajadores. El sistema es perfecto, el producto también, las operaciones con los clientes fantásticas, pero no vendemos. Es curioso porque siempre, sea cual sea la crisis, los empresarios llegan a la misma conclusión: sobra personal.

Quizá, solo quizá, si se hubiesen acometido mejoras y formado al personal para trabajar en esas mejoras, habríamos encontrado un camino para seguir vendiendo y no sobraría gente. Pero si no fomentamos la formación dentro de la empresa y la cultura de la innovación constante, no hay forma de superar ninguna crisis.

Los equipos mejor formados rinden más, trabajan mejor y ofrecen soluciones mejores a los momentos de crisis. Para eso se forman y, por lo tanto, por eso son tan necesarios los procesos de mejora formativa dentro de las pymes.

Y no me refiero a hacer un curso para aprender a mandar correos electrónicos; porque eso es algo que ya debería saber hacer cualquier profesional de la pyme más pequeña del territorio nacional.

Quiero decir que poner mi empresa en Internet supone crear un equipo concienciado, formado y motivado con el reto que ello significa; en cuanto a innovación, desarrollo y auditoría constante de los sistemas.

Todo lo demás es lo mismo que no poner mi empresa en Internet.

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